Temporal en el Cantábrico

Parecía que el benigno otoño nos acompañaría durante algunos días más pero los noticiarios anunciaron que aquellas tardes de suaves temperaturas iban a dejar paso a un fuerte temporal que hacía necesario encender todas las alertas. Y así fue. Vientos huracanados, lluvias torrenciales y una mar arbolada con olas de más de 10 m. fueron la tónica del fin de semana. El Cantábrico hizo honor a su fama y desplegó con fuerza toda su bravura dejando a su paso un gran número de desperfectos y destrozos. Pero también hizo las delicias de todos aquellos que quisieron disfrutar de su ensordecedor romper y de ese olor a salitre que arrastran las pequeñas gotas que salen despedidas tras chocar en las rocas. Días de locura para los servicios de emergencias de la región pero de esos magníficos para los que se acercaron a las playas con su cámara intentando llevarse a casa una foto de esa mar violenta y hermosa.