El nombre de Cantabria cuenta con más de 2000 años de antigüedad, datando del 195 a.C. las primeras referencias escritas que de él se tienen constancia cuando Catón el Viejo escribía:
"...fluvium hiberum: is oritur ex Cantabris, magnus atque pulcher, pisculentus."
"...el río Ebro: nace en tierra de cántabros, grande y hermoso, abundante en peces."
El término Cantabria tendría un origen celta y vendría a significar pueblo o habitantes de las rocas, peñas o montañas. No en vano Cantabria fue conocida mucho tiempo como La Montaña y a sus habitantes como los montañeses. Pues bien, y este "rollo" ¿a qué viene? Pues viene a que en Cantabria estamos siendo espectadores de un plan eólico que pone en peligro a esa montaña tal y como la conocemos. Se trataría de un plan que contempla la instalación de 700 aerogeneradores en una pequeña Comunidad Autónoma como ésta con un gran número de peculiaridades tanto orográficas como paisajísticas. Mientras una parte de la sociedad cántabra parece indignada con la idea, la clase política se entretiene con sus batallitas partidistas. Unos se frotan las manos y lo venden como la solución a todos los males de esta región otros, que se pasan el medio ambiente por donde yo os cuente, se alzan en armas (supongo porque no pillan cacho). Cuando leo en la prensa sus razonamientos y arengas en uno y otro sentido me da la sensación que se piensan que tratan con borregos. Borregos a los que con una mezcla de cuatro slogans, 6 medias verdades y una docena de mentiras se les modela su manera de pensar a antojo.
No seré yo quien se oponga a la instalación de parques eólicos, al contrario, pero creo que habría que buscar un desarrollo sostenible sin para ello destrozar un paisaje que por desgracia ha sufrido mucho ya la especulación y el ladrillazo. Sólo nos faltaba ahora comenzar una nueva era de atentados paisajísticos, la del "molinazo".


Aquí os dejo una foto de Cantabria, La Montaña, esa a la que quiero tanto y la que espero podamos disfrutar así durante mucho tiempo.