Como suele ocurrir, después de la tempestad llega la calma. Así que una vez dejados atrás los temporales que azotaron nuestras costas todo parece volver a la normalidad y la mar muestra su cara más afable. Un buen momento para pasar un ratuco contemplando el suave ir y venir de los barcos.
Sin estrés, sin desorden
Hace 1 día
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